La primera pregunta que te hacen familia y amigos cuando viajas, además de saber qué tal ha ido el viaje, es ¿cómo te sientes? y ¿qué te está pareciendo el lugar?
Te cuento que llegamos y descargamos la aplicación de Grab que es el equivalente al Uber de la zona y seguimos los consejos de @isaacportailandia para encontrar sin problemas la ubicación para cogerlos.
Salir del aeropuerto es todo un shock cultural sólo para empezar por el golpe de calor y humedad que te azota en la cara. Edificios al estilo Nueva York juntos a casas destartaladas en los barrios más antiguos y tradicionales. Personas elegantes y bien vestidas con looks tremendamente modernos y familias en las calles pidiendo invitando a sus hijos a pedir desde bien pequeños.Turistas de todas partes del mundo conviven con hombres extranjeros que, por las noches, buscan alcohol, drogas y prostitución. Todo esto, tan intenso y contradictorio, te recuerda una cosa: has llegado a un lugar que será difícil de olvidar.
Asía es siempre un refugio y un lugar de calma y tiempo de reflexión para mi. Sin embargo, está ciudad, como cada capital asiática me remueve y me sorprende demasiado. Lo hace a partes iguales tanto por lo bueno que tiene como por todo lo malo que me cuesta procesar.
Sigue por aquí porque así irás entendiendo por qué te cuento todo esto ✨
Gracias por leerme 🙏🏻